10 principios para una vida estoica:
- Andrea Rodríguez
- 21 oct 2018
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 7 ene 2019
Nos gustaría compartir los principios resumidos en el libro "How To Be A Stoic: Ancient Wisdom for Modern Living" by Massimo Pigliucci que inicia su libro insistiendo en que la Filosofía Estoica no fue creada para debatir sobre cómo vivir mejor. El fin último es la parte práctica.
Es un libro (y uno muy recomendable si te interesa esta filosofía) pero esto es un blog y buscamos compartir de una forma muy sencilla los principios básicos y cómo iniciarse.
La primera clave es tener una pequeña libreta que nos acompañe y un bolígrafo. Esto nos permitirá reflexionar sobre las dificultades o los errores que hemos cometido a lo largo del día, para encarar el siguiente un poco más "sabio" (estoicamente hablando).
Con la libreta ya lista, debemos escribir los principios en la primera página para revisarlos cada vez que reflexionemos e idealmente al despertar, para prepararnos para el día.
Los principios (el autor plantea 12, pero creo que varios se solapan y la idea es simplificar):
Examina tus impresiones y determina si "eso que te preocupa/molesta/irrita" está o no bajo tu control.
Es una de las claves y aunque es sencilla de explicar y resumir, en la práctica es amplísima y aplica tanto en positivo como en negativo (para dejar de ser una controladora psicópata pero también para cambiar aquello que sí depende de mí y estoy retrasando).
Recuérdate la impermanencia. De las cosas y de las personas.
Con las cosas es relativamente sencillo (ya se han encargado con la obsolescencia programada de que nos acostumbremos) pero con las personas/seres queridos no es nada fácil. Recomienda Epicteto que pensemos que "estamos besando a un mortal" cada vez que besamos a un ser querido. Suena sádico. Puede dar la impresión de que se trata de un desapego forzado y poco saludable. En verdad lo que busca es lo contrario. Que seamos conscientes de lo importante que es disfrutar de la compañía de esa persona el tiempo que podamos. De demostrar lo mucho que nos importa. De compartir todo lo que podamos. A mí personalmente me ha hecho reducir muchas discusiones. Especialmente con la gente mayor. Recuerdo que no van a estar siempre y les disfruto como están, como son.
Imagina la PEOR situación posible, y disfruta de la que en verdad ocurrirá.
En un mundo de blanditos (que es lo que somos ahora) se nos da bastante mal imaginar la "peor situación posible". Yo tengo un truco que lo facilita mucho. Primero pienso en mi problema-de-primer-mundo-totalmente-absurdo tipo "tengo una reunión importante y no tengo todos los documentos que me gustaría", me imagino que va fatal, me echan del lugar sin conseguir nada positivo, y ahora el truco: Justo al salir recibo una noticia terrible de alguien que quiero. Así, por fatal que vaya la reunión (nunca va tan mal como en nuestros cerebros peliculeros) siempre hay positividad.
Visualiza cada situación como un reto para ejercitar tu virtud.
Podemos percibir las nuevas situaciones como amenazas o como retos. Cuando te encuentras con un idiota o un incívico puedes pasarte 1 hora indignado (lo hago con frecuencia) o entender que existen, y que son las pequeñas pruebas que te demostrarán que estás aprendiendo a lidiar mejor con el mundo como es (no como te gustaría que fuera). Cada vez que somos fieles a un principio, nos fortalecemos en nuestra voluntad. Da igual que hablemos de un pastel o de un imbécil profundo.
OTRERIZA:
Es mi favorito y a la vez el que peor hago. Otrerizar es interpretar lo que te ha ocurrido a ti desde fuera. Imaginas que en lugar de ser tú el "afectado" de lo que sea, lo es un compañero. ¿Qué le dices? ¿Cómo crees que debería comportarse? ¿Cuales son tus consejos infalibles? Perfecto, los tienes claros. Ahora aplícatelos. Cuando tengo una situación de tensión con alguien soy bastante buena en controlarme durante la situación en sí, pero después tengo horas y a veces días de pensamientos sobre lo que podría haber sido, lo que debería haber sido, etc, y un montón de emociones y juicios internos. A una amiga le recomendaría otro comportamiento.
Habla poco y bien.
Deja que el silencio sea tu objetivo y di solo lo necesario y NO HABLES DEMASIADO sobre ti mismo. (Puede que este sea el que peor hago). Es interesante reflexionar al final del día sobre cuántas conversaciones han servido para aumentar nuestro ego o colocarnos en una "mejor posición social". Somos sutiles, pero lo hacemos sin parar. Autoanalizarse es un genial ejercicio porque nos permite trabajar en lo que nos preocupa que piensen de nosotros y es el primer paso para trabajar en que lo haga cada vez menos.
Elige bien tu compañía.
Clave. Ya lo decía mi madre (y todas) en la adolescencia. Elige bien la gente con la que pasas tiempo y tu vida será mucho más plena.
Responde a los insultos con humor.
Aprende a reírte de ti misma, aprende a no tomarte demasiado en serio. Aprende a encajar las críticas, incluso las absurdas, con humor. Huye de los elogios. Te hacen conformarte con cómo eres. Sentirte "orgullosa" de lo que eres, y eso para alguien en construcción no es positivo. Mejor críticas que elogios.
Habla sin juzgar.
Un americano (perdido en la historia) dice: "No puedes entender a alguien hasta que no has caminado una milla en sus zapatos."
Marco Aurelio (Meditaciones) dice: "Cuando estés a punto de encontrar un defecto con alguien, hazte la siguiente pregunta: ¿Cuál de mis defectos se parece casi a lo que estoy a punto de criticar?
Ambas reflexiones sirven para recordarnos que cada persona tiene sus propias circunstancias y que nosotros mismos tenemos un largo camino por recorrer antes de juzgar el comportamiento de los demás.
Reflexiona sobre tu día a día.
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